Escrito por Luis Alfredo Villalba Ruiz
28 noviembre 2013 – visitas 1823
Camino a nueva patinada por llevarse de encuentro los tiempos de maduración que son necesarios para hacer leyes no como siempre, DESDE LA ELITE PARA TODOS, sino con una estrategia que apueste por dotarse de una ley DE TODOS PARA TODOS
Es decir lograr que sea el producto de un proceso de maduración capaz de garantizar la sostenibilidad de la propuesta de un nuevo estado enraizado en la nación que representa.
De hacerlo como siempre no garantiza cambio alguno, por el contrario se justifica a las voces que señalan con alguna razón que solamente significa meter la mano al bolsillo del pueblo que tiene otro tipo de urgencias; un pueblo que además entiende que si hay falencias legislativas es por incapacidad e incompetencia de quienes están cumpliendo la función en el momento.
Es tiempo de aceptar que la continuidad democrática que vive el país necesita de un salto cualitativo hacia la institucionalización de un PROCESO DE TOMA DE DECISIONES capaz de ponerse a tono con la velocidad que exigen los nuevos tiempos. A diferencia de décadas pasadas hoy hay más información a disposición, es menos el espacio de que disponen los grupos de poder para vender, comprometer y comprar cuotas de poder desde cuando el viejo mundo se hace presente en América y en el país en particular.
En el país no hay peor ciego que quien no quiere ver que el Perú tiene antecedentes de evolución democrática; que iniciado muy precariamente con iniciativas de eminentes conocedores del tema hoy se va agotando como forma de instituir una instancia garante de la Toma de Decisiones convencional y que ese agotamiento tiene correlato en la precariedad de la sociedad política del país que se ha nutrido de formas de conducción y decisión vertical incapaces de construir bases democráticas sólidas.
Se trata en consecuencia de hacer robusta y vigorosa la propuesta y ello es solamente posible von buenas intenciones y voluntades que son importantes pero sobre todo con la institucionalización del debate, un debate que obligue a los partidos a entrar en la cancha; porque si de lo que se trata es de aprovechar una coyuntura, el oportunismo va a echar por la borda una nueva oportunidad de fortalecer las raíces democráticas en el país.