Escrito por Luis Alfredo Villalba Ruiz
21 marzo 2013 – visitas 1955
Pensamiento abominable y antimoral el que en los albores del siglo XXI sostiene o deja entrever que hay personas, que hay pueblos que no piensan por sí mismos, que están castrados del don de pensar y consecuentemente se irroga el derecho de pensar por ellos, defenderlos de quienes quieren atropellarlos y finalmente de hablarles en su lenguaje para que entiendan lo incomprensible que es el mundo de los pensadores y de los especialistas.
Abominable por estar rodeado de su halo de vanidad construido a la medida de la demanda del modelo de evolución de la sociedad, instituido para conducirla porque el común no está en capacidad de hacerlo.
Quien defiende un modelo u otro es el pensante, es el que si sabe tomar decisiones, es quien tiene las herramientas metodológicas que lo hacen capaz de conducir la sociedad, es el que se irroga el derecho de defender a la masa y pensar por ella, esa flor y nata está constituida por sin fin de deseosos de convertirse en vanguardia defensora de uno u otro modelo.
Arrogantes estas propias líneas que intentan pensar, llamando la atención de porque el hábito de dejar pensar a otro por uno mismo ha devenido en mal endémico en nuestros tiempos.
Es que cada quien se encuentra encarrilado en una inercia de reflexión, desde la propia experiencia de vida, inercia instituida por el modelo vigente, por esas vanguardias que se irrogan el derecho de pensar por todos aquello que no piensan y que no deben pensar, basta que trabajen suden la gota gorda y consuman lo que le oferta el mercado, las preocupaciones del pensamiento del quehacer político de gestionar los recursos es de las vanguardias y élites del pensamiento propietarios de la técnica y la tecnología.
Hoy cuando quienes son dirigentes se llaman a sí mismos los representantes elegidos, cuando los gobernantes se irrogan el derecho de hacer y deshacer por el respaldo en las urnas, cuando el poder económico se ha creado para sí mismo el actuar con Responsabilidad Social, cuando quienes se han apropiado del espacio político para defenestrarlo y propugnar el abstencionismo de todo quien quiera hacer política.
Serpenteantes aglomeraciones serán presentes por varias lunas, mientras agoniza marzo, es la materialización de quienes masivamente se revelan al buen pensar de legisladores y expertos y al intento de quienes quieren ganar a río revuelto.
Se trata en verdad que no se cree en la buena intención de un gobierno más papista que el Papa.
Se trata que uno queda desorientado, cuando el interesado en brindar el servicio, no evidencia el mínimo interés ¡Oh curiosidad! en ofrecer su servicio.
Se trata que me dicen tanto y de todo, que mis entendederas, se afanan solamente y están atentas a escuchar la voz que diga cuanto será mi emolumento por mes en uno u otro caso.
Se trata que el pensar es un ejercicio continuo y ya es tiempo que los solícitos interesados en pensar por los demás desarrollen la amabilidad para con quienes están ávidos de cavilar cotidianamente.
Si el estado pensó en mi y el prestador del servicio hace el mínimo esfuerzo por sacarle lustre a su servicio, podemos concluir que “EL SISTEMA POR SALDO ES MÁS FAVORABLE” pero el descrédito es tal que uno prefiere lo viejo conocido que lo nuevo por conocer, total si se desea, hasta setiembre del año hay la posibilidad de arrepentirse mientras uno se informa concienzudamente