Espíritu completo

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Escrito por Luis Alfredo Villalba Ruiz

01 marzo 2015 – visitas 2038

Repentino dolor la llevó sin saber al quirófano, despertó con sol radiante, fue un mal sueño, se dijo. Botó la ropa de cama para erguirse, quedó muda, atónita, con dolor indescriptible, rodó por el suelo.
Fueron días eternos de rabia y sollozos.
Luego de seis meses, una mañana dedicó tiempo, a acariciar la pierna que la acompañaría en adelante, “te quiero amiga”, “juntas recordaremos los caminos andados e iremos por los nuevos que nos esperan”. Abrazó a sin fin de veladores, dedicó carta al médico que la entregó a nuevo mundo,  conteniendo, una lágrima y espíritu completo.

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