GRD: Monitoreo, Seguimiento y Evaluación

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13 Noviembre 2013 – Visitas 2220

Escrito por Luis Alfredo Villalba Ruiz
Un estado que da leyes y lineamientos para su implementación y que mediante un cuestionario evalúa los avances logrados, es la imagen de un Estado que se sienta a esperar que cada quien cumpla con sus responsabilidades.

Efectivamente es necesario esperar sentado porque así como a la fecha han transcurrido 33 meses y es poco lo que se puede exhibir, seremos testigos que seguirán transcurriendo los meses y las estadísticas avanzarán a voluntad y de acuerdo con las buenas o malas voluntades para con las responsabilidades del Estado con la Nación.
Es aún demasiada la carga de gasto por Gestión de emergencias que exhiben las arcas nacionales y demasiado raquítica la inversión para Gestionar las amenazas o peligros y Gestionar el Riesgo identificado y por identificar.
Importante también es que el tremendo nombre de Dirección de Monitoreo, Seguimiento y Evaluación desborde el accionar pasivo de velar por el cumplimiento y salte a la vereda de un rol proactivo de Facilitador de la consecución de metas, objetivos y resultados capaz de contagiar la urgencia de incorpora el enfoque de Gestión de Riesgos de Desastres en el Desarrollo.
Un sistema de Monitoreo, Seguimiento y Evaluación es la instrumentación de tres procesos, los de Medición, Análisis y Mejora y consecuentemente diferencia: el Monitoreo de los recursos implicados, el Análisis del Modelo Concebido e identifica la Mejora del Conocimiento acumulado con la implementación del enfoque de Gestión de Riesgos de Desastres.
¿Habrá que esperar, en el caso de Arequipa, nuevos desastres y emergencias para despertar?
La incorporación del enfoque de Gestión de Riesgos de Desastres es una responsabilidad de planeamiento y uso del territorio y como tal responsabilidad de los Concejos de Coordinación Regional y Provincial es responsabilidad de los Presidentes convocar a sus integrantes para discutir el tema lo contrario deriva en responsabilidad administrativa por omisión o abstencionismo.
No esperemos una nueva contingencia natural para despertar.

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