Ingravidez Presidencial

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22 Enero 2018 – Visitas 1745

Escrito por Luis Alfredo Villalba RUiz

Destrezas y habilidades de negociación desarrolladas por el Señor Presidente por más de seis décadas, lo han abandonado; ahora cuando más las necesita. No es consecuencia de haberlas perdido sino el efecto de su ingreso a un contexto desconocido, donde pretendió proceder echando mano de las habilidades que lo acompañan.

La política, le es incomprensible, cuando no le sirve para resguardar la libertad del interés privado así se esté en la función pública. Mientras el interés privado está en su ADN el interés público lo necesita para hacer negocio. Las evidencias recientes han dejado expuesto su proceder cuando ejerció la función pública en gobiernos a los que fue convocado.

No ha comprendido su rol de primera autoridad del país, electa por una población a la cual debe dar cuenta, no como en las anteriores veces cuando se limitó a dar cuenta al ejecutivo. Le resulta incomprensible esa diferencia, al punto de no dimensionar su accionar, con lo cual pone en cuestión el sistema gubernamental y no el de un ministerio.

Su comportamiento deja traslucir usos y costumbres renegados con el interés público, es decir el interés del país. La muralla china de información aludida opera entre privados que gestionan información de dos clientes con intereses contrapuestos ¡Y no es el caso! Porque el país no fue circunstancialmente su cliente sino quien le confió en calidad de ministro tomar decisiones.

Por esa dificultad de ubicación su proceder no lo deja aplomarse en la gestión. Tanta es la dificultad como el riesgo del país para estar bien aplomado. La ingravidez Presidencial de mantenerse en el tiempo sin signos de cambio de actitud obliga a la presidencia a decidir si permanecer en la función o dejar paso al remedio, antes que sea demasiado tarde.

No estamos organizados partidariamente pero nos reclamamos actores políticos, muy a pesar de la partidocracia y opinadores que nos endilga el calificativo de apolíticos y desinteresados. Movilizaciones recientes, el aprendizaje de continuidad democrática de 9 períodos, incluido el ultraje, el rechazo a las opciones de asalto al poder y al de festinar con el poder ¡Nos legitiman!

Han transcurrido casi dos siglos de vida republicana. Es digno de exhibir como en la mayor parte del último medio siglo ha progresado el hábito de elegir autoridades, y como tal, de delegarles la salvaguarda y cautela de los intereses de todos los sectores políticos, económicos y sociales. Nunca solamente la de sus electores.

Es un mandato la soberanía del Estado y no es posible ejercerla cuando unos intereses condicionan o prevalecen, cada vez que debe tomar decisiones, ese es el caso cuando en el ejercicio del poder para tomar decisiones, influencias desde la función pública se ejercita en beneficio directo o indirecto del sector privado.

ES TIEMPO DEL PERU no más la de una gestión, como las de los casi 200 años acaecidos, donde se ha impuesto el interés de los privilegiados, mientras al resto considerados ciudadanos de segunda se les dedica programas sociales o populares para amenguar el descontento y disconformidad.

EL TIEMPO DEL PERÙ no necesita de dinastías elegidas por el destino, no requiere de apuestas que pretendan mantener incólume el estado de cosas actual, menos dar un salto al vacío de la mano de la irresponsabilidad que divide la esperanza del cambio. El chip de nuestro presidente no está a la altura. El de la partidocracia que hoy se puede postular a ser gobierno tampoco.

ES TIEMPO DEL PERU necesita y requiere de una derecha reconvertida de cauteladora de los intereses empresariales a cauteladora de los intereses de todos los peruanos, de un centro desprendido capaz de aliarse por el país con otras opciones, de una izquierda capaz de dotarse de habilidades de cohabitación por la transformación del estado de cosas del país.

ES TIEMPO DEL PERÚ de responsabilizarnos por el país considerando que quienes lo hicieron hasta hoy privilegiaron el propio interés y el estado renunció a su soberanía para defender solamente esos intereses en lugar de los intereses de todos y apañar la injusta distribución de la generación de riqueza.

ES TIEMPO DEL PERU, sobre todo ahora, cuando el estado renunció a su soberanía es urgente un ciudadano con hambre de soberanía del estado, dejar de lado el facilismo de delegar las responsabilidades en las manos de nuestros representantes y ejercer cotidianamente el derecho de ser ciudadano y ejercitar ciudadanía.

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