03 Octubre 2018 – Visitas 1707
Escrito por Luis Alfredo Villalba Ruiz
La proximidad del bicentenario de vida republicana nos encuentra atrapados una vez más, en medio de un bombardeo de medias verdades, afirmadas por autoridades con prerrogativas desmesuradas, representantes de la academia extirpados de su realidad con un enorme desdén por rearticularse a la matriz que lo parió y una sociedad civil limitada en sus posibilidades de enarbolar un liderazgo de contrapeso al poder en ejercicio.
Medias verdades que tiene de protagonistas a quienes hoy han adoptado el rol de políticos de nuevo modelo, aplaudidos por la proliferación del interés apolítico, como forma de ocupar ese espacio. Y que en realidad son la representación exacta de los intereses de grupo y personales que no tienen ningún reparo en presentarlo como el nuevo liderazgo requerido por la sociedad y la ciudadanía para conducir al país y cada uno de sus rincones.
Acompaña orquestadamente, la hornada académica, que renunció por decisión de terceros a crecer con la verdad, que teniéndola al alcance decidió no tomarla en cuenta porque la demanda del mercado requiere de técnicos a su servicio y privilegian la oportunidad laboral ofrecida en el corto plazo.
En el siglo XXI hemos caímos, una vez más, en la trampa de las medias verdades, nos seguimos gobernando pariendo soluciones a medias y no nos queda más que afrontar nuestra limitaciones y echar una vez más mano al mal menor en el próximo proceso electoral resignadamente o el voto militante con signos de discapacidad no resuelta.
Estamos obligados a votar por uno de los tantos, aunque en este caso la cantidad de opciones no es porque existen tantas muy buenas propuestas, al contrario es porque no tenemos una sola buena propuesta.
De manera que si es imperativo tomar una decisión, necesitaríamos de parte del universo de candidatos:
Abona a las interpretaciones equivocadas nuestra diversidad y las generalidades que desconocen el país y tampoco están en capacidad de construir liderazgos sólidos que impulsen nuevos líderes preocupados por el largo plazo en lugar del corto plazo electoral.
Es una responsabilidad participar de la vida cívica del país y el próximo proceso electoral así lo reclama, sugiero por tanto:
Que no nos baste su bombardeo publicitario y la agresión visual un esfuerzo previo al día domingo nos hará sentir responsables del voto emitido y no sentir que es un día más en el cual nuevamente nos hemos obligado a votar por el mal menor.