09 Diciembre 2012 – Visitas 2399
Escrito por: Luis Alfredo Villalba Ruiz
El Plan propuesto asume metodologías válidas para la elaboración y la planificación urbana.
El conjunto de planes con que ha contado y cuenta la ciudad de Arequipa son la mejor expresión de la validez de las metodologías enunciadas, en conjunto o por separado, a la vez también la mejor expresión de cómo es que los sucesivos planes de ordenamiento de la ciudad y sus partes han sido fácilmente desbordados por la realidad de los procesos reales de ocupación y utilización del suelo de la ciudad y su entorno, al carecer de la instrumentación capaz de acopiar e interpretar el actuar de los agentes que impulsan el crecimiento de la ciudad, para ajustar los planes y dar la argumentación integral necesaria, a la autoridad competente, para la toma de decisiones sobre la pertinencia del proceso de crecimiento diario de la ciudad.
El desconocimiento del proceso de ocupación del terreno urbano y alrededores de la ciudad hace de cualquier metodología un impulso teórico, académico y conceptual válido técnicamente, pero a su vez invalidado para darle carácter de sostenibilidad, como principio de elaboración, al Plan de Desarrollo Metropolitano propuesto.
Amparados en la regodeada argumentación del “derecho a un pedazo de suelo” enfrentada a la argumentación de la “justa compensación por un trabajo realizado”, debieran a mi juicio ser el inicio de un debate argumentado, que parta de querer entender los procesos urbanos de la ciudad de Arequipa y sus alrededores para hacer los ajustes a una propuesta válida técnicamente pero que constituye un seguir actuando como siempre.
No es suficiente, pero se han levantado voces con diferente argumentación que llama la atención sobre el aparente negociado que propiciará, para las inmobiliarias; otras preocupadas por la consistencia entre el Ordenamiento Territorial y el Plan de Desarrollo Metropolitano, etc.
¿No es poca cosa verdad?
No para invalidar la propuesta sino porque no garantiza un segundo principio básico: la sostenibilidad en tiempos de globalización cuando los agentes “del desarrollo urbano”, activos en la ciudad solamente tendrán a la vista la oportunidad de negociar la mercancía suelo, que les dé rédito en el corto plazo pero sin duda la carga de haber propiciado el despilfarro del suelo en el largo plazo. Un refrán popular dice sabiamente “No gastar pólvora en gallinazo”, que la inversión en la elaboración del plan no sea un tiro al aire sino una certera apuesta por el futuro.
Que no se repita la errada costumbre de hacer planes y planes y más planes, ya es tiempo de saltar hacia la planificación, dejar atrás el “deber cumplido” de la autoridad, del funcionario, del profesional, del consultor, del técnico, del dirigente, del poblador, etc. y saltar a la vereda “del compromiso con un futuro sostenible”.
Los invito a leer unos párrafos del libro “Transeúnte del Siglo XXI” a propósito del tema, donde el personaje Juan Manuel es un ciudadano, ciudadana de la metrópoli arequipeña: